Reemplazo de cadera mínimamente invasivo

La cirugía de reemplazo de cadera se realizó por primera vez en 1960. Desde entonces, se ha convertido en un procedimiento ortopédico común con más de 300,000 operaciones realizadas cada año en los Estados Unidos. 

En el pasado, los médicos solían recomendar el reemplazo de cadera para los pacientes mayores porque tienden a ser menos activos y ponen menos estrés en la cadera artificial en comparación con las personas más jóvenes. Pero hoy en día, el procedimiento también puede ser una opción para aquellos que son más jóvenes y más activos debido a implantes tecnológicamente mejorados que pueden soportar más estrés, tensión y durar más tiempo.

El procedimiento para reemplazar la cadera también ha cambiado con el tiempo. Tradicionalmente, la operación para remover la cabeza del fémur y reemplazar el mecanismo de bola y oclusión en la cadera con implantes artificiales se realizaba haciendo una incisión de 10 a 12 pulgadas en un lado de la cadera. Luego se separaban los músculos de la cadera, que se dislocaba. 

Sin embargo, en los últimos años, se ha desarrollado una nueva técnica llamada reemplazo de cadera mínimamente invasivo, el cual permite al cirujano realizar la cirugía a través de una o dos incisiones más pequeñas.

Beneficios del reemplazo de cadera mínimamente invasivo

El reemplazo de cadera mínimamente invasivo provoca menos daño a los tejidos blandos, haciendo que la recuperación sea mucho más fácil comparado con lo métodos tradicionales de cirugía de reemplazo de cadera. Si solo se requiere una incisión para un reemplazo de cadera mínimamente invasivo, normalmente es de solo tres a seis pulgadas de largo y se hace sobre la parte exterior de la cadera. Para la cirugía de dos incisiones, se realiza una incisión de dos a tres pulgadas sobre la ingle para permitir la colocación de la cavidad, y una incisión de una a dos pulgadas sobre el glúteo para colocar el vástago. Se separan los músculos y tendones, pero en menor medida que con la cirugía tradicional, y por lo general se reparan después de la implantación para fomentar la cicatrización y ayudar a prevenir la dislocación de la cadera.

No cualquiera puede ser un candidato para un reemplazo de cadera mínimamente invasivo. Los pacientes que pueden aprovechar el nuevo procedimiento incluyen aquellos que tienen 50 años o menos, tienen un peso normal y, en general, buena salud. 

Existen múltiples beneficios asociados con el reemplazo de cadera mínimamente invasivo en comparación con el método tradicional de cirugía, que pueden incluir:

  • Cicatrices más pequeñas
  • Menos pérdida de sangre
  • Hospitalización más corta
  • Rehabilitación más rápida
  • Retorno más rápido a las actividades normales

La cirugía de reemplazo de cadera, ya sea tradicional o mínimamente invasiva, se realiza para ayudar a disminuir el dolor, aumentar la movilidad y mejorar la calidad de vida. Se pueden recomendar otros métodos de tratamiento si el ejercicio, ayudas para caminar o medicamentos no están funcionando. Las actividades de alto impacto, incluyendo tenis, baloncesto y trotar, deben evitarse después de la cirugía. En cambio, los pacientes pueden caminar, nadar o montar una bicicleta estática para aumentar la fuerza muscular y mejorar su salud cardiovascular sin dañar su nueva cadera. 

Habla con tu médico para obtener más información acerca del reemplazo de cadera mínimamente invasivo.

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